¿Juegos del Hambre?


“Todo lo vence el hombre, menos el hambre.”

Séneca

 

 

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En un sociedad sometida, esclavizada en donde el pueblo produce para un estado Omnipotente, todopoderoso, un estado que administra el hambre y la pobreza de la mayoría de sus ciudadanos, una sociedad en donde para tener casa, comida y otras comodidades no es posible lograrlo por medido de la preparación y el esfuerzo en donde si alguna preparación puedes tener y algunas habilidades puedes desarrollar son aquellas que estimuladas por el hambre despiertan tus sentidos.

Supervivencia es la clave en el día a día de esta sociedad en donde aun que esta prohibido cazar, se logra desarrollar una gran destreza con el arco y la flecha, la prohibición te obliga a ser certero y cauteloso para poder conseguir algo de lo que la naturaleza ofrece y que, al lograrlo te permita por medio de intercambio con otros ciudadanos suplir aquellas otra necesidades que la caza misma no logran satisfacer.

En esta sociedad en la cual se desarrolla la novela de Suzanne Collins, lo cimientos del poder de unos pocos privilegiados están en la pobreza, el mantener una ancha base de pobres, le permite al estado jugar con la necesidades básicas de sus ciudadanos en donde mas que “Los juegos del Hambre” -como titula la autora su trilogía-, lo que podemos ver son juegos con el hambre.

Matar para vivir es la clave en este juego , un juego organizado anualmente por el estado, un realete Show en donde un selección de ciudadanos protagonizan para diversión de un grupo de privilegiados, una lucha a muerte entre unos y otros, esta lucha deben escoger entre matar o morir, el premio o trofeo para el vencedor: una vida “Digna” al margen de la pobreza y el hambre.

Son muchas la ocaciones en donde la ficción tiene mucha similitud con alguna realidad, pude ocurrir que esa realidad que vivimos nos parezca una ficción, una pesadilla de la cual queremos despertar.

A pesar del titulo de la trilogía de Suzanne Collins, quienes en algún momento de la vida hemos convivido con el hambre, sabemos que no juega, una fuerte sensación anuncia su presencia, esta se incrementa en la media en que sus exigencias no son satisfechas, despierta los sentidos de quien la padece, vienen a la memoria imágenes con aquello que mas gustan, ello sirve de estimulo incrementando la intensidad de la sensación, al no poder satisfacer ese deseo con lo que mas gusta, el deseo se degrada a aquello que alguna vez despreciamos, aquello que otrora no nos provocaba ahora la imaginación nos lo presenta como algo apetitoso, algo que desearíamos poder tener y que no tenemos, insatisfecha, la sensación se fortalece, se torna mas intensa aún.

La pobreza y el hambre no son una ficción, es la realidad en viven muchos pueblos, tampoco es una ficción la manipulación de estas necesidades por parte quienes gobiernan, tanto en la ficción como la realidad, entre mas ciudadanos vivan en condición de pobreza mayor será el poder del estado sobre ellos, el que la superación de los ciudadanos no depende de su preparación y esfuerzo es otra realidad presentada como ficción, esta realidad que se vive en donde el estado ofreces trabajos improductivos y títulos sin conocimientos, las prohibiciones, los controles y las regulaciones son otras realidades presentes en la ficción.

Tanto en la ficción como en la realidad el estado controla todos los medios de “producción” así como el suministro de los productos de primera necesidad del cual forman parte la escasez y el racionamiento.

Justificar el robo para satisfacer el hambre puede ser vista como una similitud de matar para vivir, como decía ; en ocaciones la línea entre la ficción y la realidad puede ser tan fina que podemos confundir una con otra.

El hambre no juega pero si hay quienes juega con ella, si hay quienes manipulan esta necesidad para someter, para doblegar y manipular a aquellos que son susceptibles de padecerla, los mas pobres.

@lacmon